In memoriam

 A Pelayo Martín Vidriales

A dos metros de poder respirar

pierde la sonrisa pícara

el nudo Windsor de corbata

y la jabalina olímpica

qué más da

el más guapo de todos

trae en los brazos un molino de viento

coge todo con un lametazo largo

y lo abandona entre carcajadas

 

La luz explota en la cara

dos perlas gemelas  y marinas

seducen  y arrancan sonrisas

¡vuelva usted mañana!

haga cola para montar en el submarino

la piel intacta

no tiene miedo de mirar el agua de frente

tengo una apnea de cincuenta y ocho segundos

aplasto el Walkie Talkie con su Sky Garden

y apenas me sangra el puño

actos de impotencia y rabia

cansado de comer medio kilo de zanahorias crudas

sin limpiar

me clavo las uñas en la palma de la mano

mientras el dolor pasea por la triste habitación

el viento es violento hace frío

la lluvia es llagadora da sueño

la enfermera es enfática sin caderas

cuesta mirarte duele

y mañana puede que para todo sea tarde

 

Domina la oscuridad el hemisferio Norte

venus en lo más alto

la camisa no admite más retos

decreto el principio de no sé por qué tengo yo que lidiar con el azul de tus ojos huyendo

sé que te vas

que te estás yendo

y este peso sobre la cabeza incapacita

vueltas y vueltas derviche sin sentido

sin aliento

taladro el suelo

sin atreverme a quedar dormido

que el teléfono

si suena

me encuentre levantado  y despierto

observando cómo escapa el agua por el sumidero

espiral de dolor

cada gota sucia y contaminada

se pierde

sé que el ruido del aleteo de los murciélagos

sólo está en mi cabeza

que las autopistas nunca se cruzan

y que me he quedado sin calderilla

Serafín M. Vidriales (Wendigo) Derechos reservados. Octubre 2020