Cuando te hacen un regalo, sea el que sea, te agrada, te sube la autoestima y te pone de buen humor. Estoy seguro.

Si ese regalo te lo envían desde mil trescientos quilómetros, y para nada te lo esperas, te sienta mejor que mejor; y si encima es una pintura que te ha emocionado y enamorado, la satisfacción es incontenible.

Hace unos días me llegó de Londres una inesperada pintura de la que dije que estaba a la altura de las pintadas por Roy Lichtentein y gente así. Menos comercial pero con más fuerza.

La única premisa era ¡ponerla en un marco¡ ¿Acaso alguien puede pensar que no la enmarcaría?

Mi relación con la pintura es desde hace mucho tiempo, desde que era un adolescente, más bien un crío, y trabajaba cerca del museo del Prado. Los sábados por la tarde, creo recordar, que era gratis el museo e iba en el descanso para la comida y disfrutaba de Rubens, Las tres gracias, el nacimiento de la Vía Láctea… me encantaban. También estaba enamorado de un cuadro de Botticelli: Escena de la historia de Nastagio degli Onesti y de un cuadro que ahora mismo no recuerdo el autor pero en él se representa a un cirujano que está extrayendo una piedra de la frente de un dolorido personaje. Gracias a Google puedo decir que el cuadro en cuestión es El cirujano o la extracción de la piedra de la locura de un tal Jan Sanders van Hemessen. Para un muchacho de barrio de doce años era más que suficiente.

Después, por supuesto, mi gusto por los lienzos, tablas o cualquier otro material empleado es tan amplio que no me quedo con ningún estilo ni con nadie, soy poco mitómano pero admiro a muchos autores, tal vez a demasiados.

 

 

 

 

 

Unos de los trabajos que más admiro son los de Teide, lástima que muchos sean en piel y tan efímeros como la vida misma.

 

Algunos de sus trabajos ya se pueden admirar en museos, no muchos trabajos ni muchos museos, pero estoy convencido que no tardará mucho en que empecemos a hablar de este artista y nos preguntemos de dónde es, quién es, dónde expone y cosas así que se suelen preguntar  de los artistas; y cuanto vale.

                                      

Las láminas que estás viendo son una pequeña muestra de los trabajos que antes te he mencionado. Algunas son solo un fragmento pero cumplen todas las expectativas de lo que se puede esperar de un gran pintor, ilustrador, tatuador o como queramos llamarle.