Vía láctea + Tiempos de Cró-Nó poemas 11 y 12

11

   MADRE

Madre,

nadie te dirá una misa.

Somos así: directos

sin intermediarios

hablamos contigo desde dentro,

recordamos.

La vida

si se puede llamar así a comer beber procrear sufrir

no fue corta ni larga

y te marchaste sin más

como viniste.

Hace tiempo

me hubiera gustado decirte…

lo que nunca dije

amparado en absurdos prejuicios y miedos

animalitos comprimidos

emergidos del bote de cerveza.

Que otros terminen el verso

el poema

los treses de diciembre.

 

12

 

El papel,
es lo de menos.
Importa el boca a boca
la bofetada que se escupe
la falta de alegría
el desánimo prolongado.

La tragedia viaja en autobús,
coge el metro a las seis y media
(podría decir a las seis treinta
traicionando lo esencial)
y se despierta en cualquier trabajo de mierda.

Demasiadas vidas en una
demasiados pliegues de supervivencia
y cuesta saber dónde estás
sin mirar antes la hora.
Necesitamos un esfuerzo más,
razonar cada línea de adoquines
cada caprichoso dibujo de sombras en las aceras

para no enloquecer tan de mañana,
ignorar el viento.

Tenemos odio,
acumulamos toneladas de historias
de sentimientos incesantes
y sólo nos queda el vómito
general miserable
has fundido el hierro
hecho añicos las espadas
y las manos ahora necesitan guantes para estrangular
al intangible enemigo.

Estamos asustados.

El miedo nos atenaza
y morir despacio se presenta como alternativa,
tantos años de paz no podían traer nada bueno.

Este canto,
mi canto
no es una plegaria a la sangre destrucción y
miseria,
es una alabanza a la lucha
a esa que hizo hombre al hombre,
piedra a la piedra.