Después de componer este poema me di cuenta que debía ponerle algún título, más que nada para identificarlo. No se me ocurrió otro que Poema urgente. Ya sé que hay un libro de Gabriel Celaya muy próximo a este título y que podría dar lugar a que se pensase que plagiaba el título para darme un poco de publicidad, aunque teniendo en cuenta mi repercusión en el mundo de la poética no pasaría de ser una anécdota.

Día a día se fue desarrollando el poema, tanto en su forma como en su fondo, hasta ser lo que ahora os presento en mi canal de You Tube: Serafín Martín https://www.youtube.com/watch?v=OALmfOWM3Gs

POEMA URGENTE

Sábado.

Según mi pastillero hoy es día de descanso

y tal vez como excusa  vaya a la farmacia

o poco más.

Todo el día, sus veinticuatro horas para recordar

y si supero el miedo que me agarrota los dedos

lanzaré al aire alguna blasfemia.

Que la rabia que tengo dentro y me atenaza

mate a ese montón de hipócritas que juegan tan hábiles sus cartas,

deciden quien muere

quien come

quien tiene cama en el hospital…

por el bien de todos.

Embusteros manipuladores,

empezó el juego y sólo vosotros conocéis el encarte

miserables tahúres de la política.

Os merecéis todas las velas negras

las peores de las muertes

el silencio y el olvido.

Dan risa vuestras caras

compungidos

tan compuestos de chaqueta y corbata

O barba arreglada.

Los ojos no mienten,

y en vuestra chistera de mago solo hay mierda,

niebla espesa

y muchas muertes por justificar.

Andamos desolados y angustiados

de la cocina al cuarto de baño

y poco más.

El más alto dignatario dice que él es el único responsable

y que lo arreglará todo,

que nadie le pueda ni siquiera señalar.

que todo está controlado: prensa,  jueces, policía…

¿para qué más?

Los muertos se enterrarán cuando se pueda,

los viejos morirán solos.

Desde la ventana les veremos pasar en coches sin flores

con alguna que otra despedida virtual.

No pasa nada,

la fuerza del poder se impondrá por la fuerza,

tú solo tienes que volver a votar.

Estos días son los que nos trae esta puta primavera.

Días sin sentido y vacío,

horas y horas muertas,  rellenas de estupidez.

Los niños con sus amigos echan en falta la calle tras las pantallas,

se oxidan los columpios,

se deshinchan los balones,

se van sus sueños tras el agua de la cisterna

y se celebran cumpleaños sin velas.

Esta guerra la hemos perdido de antemano,

lo saben los gobiernos,

juegan a ilusionarnos con la imposible victoria

pero esta generación ya está coja y rota.

Dicen que no es momento de discrepar,

y nunca lo es.

Siempre habrá un inconveniente,

es lo que quieren para salvar el culo.

Siempre habrá un motivo para callarnos el pico

¡Ándate con cuidado!

¡Di rápido, antes de que sea delito¡

En los hospitales no cabe un alfiler,

en las morgues sobran cadáveres.

El infierno de El Bosco se toca con los dedos.

El líder habla desde su escondite

y los comisarios políticos se esfuerzan por adoctrinar a la población.

Esperemos que el espanto sea corto,

que no tengan tiempo de cortarnos la respiración

y alcemos nuestro puño enérgico

contra los felones cobardes que se proclaman “la salvación”.

Dicen que no sea pesimista

¿a dónde vas con esas letras tan negras?

Veras, amigo

voy a dar una vuelta por España

primera potencia económica,

la más preparada,

donde los prodigios los hacen héroes de bata blanca

con escasos medios.

Sólo una pequeña vuelta

que da mucho miedo.

El tiempo es gris tirando a negro.

Feas nubes,

aguacero.

Llevo semanas sin pisar la calle,

ni falta que hace.

Ni una noticia verdadera,

las únicas certezas están enlutadas:

son muertos sin una palabra de consuelo,

tristes muertos,

solitarios muertos.

¡Cuánto dolor!.

Día tras día esperando  y deseando que el próximo fallecido no sea nada tuyo,

que los padres sigan vivos,

oir el teléfono y que al otro lado esté tu hermano, tu cuñado, tu primo…

tu hijo,

que nadie cercano haya sufrido.

La madre se quedará sin un beso de despedida.

Partirá más allá de la luz

sin una palabra de consuelo.

Sus hijos no podrán llorarla juntos y consolarse.

Es como si un día el planeta se hubiera agrietado.

¡Cuánto dolor!.

¿Se puede perdonar este maldito escenario retorcido?

Sin tiempo para enfriar el crematorio,

los muertos son números quemados uno tras otro

y  hacemos cola para recoger las cenizas.

¡Cuánto dolor!.

¿Se puede perdonar este maldito escenario retorcido?

Sin tiempo para enfriar el crematorio,

los muertos son números quemados uno tras otro

y  hacemos cola para recoger las cenizas.

    Primavera 2020