Hace un tiempo que no publico nada, por eso hoy me atrevo con estos tres relatos cortos. 112 y NN de reciente creación y Libros heredados algo más antiguo. No espero nada de ellos, solo entretener un poco como yo me entretuve escribiéndolos.

112

 

-Emergencias, dígame.

-Por favor señorita, he visto un coche circulando en dirección contraria a toda velocidad.

-¿Dónde se encuentra usted?

-En la A 40, en el kilómetro 37,400

-Tomamos nota y avisamos a Tráfico.

 

-Emergencias, dígame.

-Señorita, les he llamado hace un momento por un vehículo que iba en sentido contrario y es que ahora hay un montón.

-¿Dónde se encuentra usted?

-Un poco más adelante que antes.

-¿Díganos su situación?

-Sigo en la A 40, debo estar por el kilómetro 38 o poco más.

-Señor, oríllese a su izquierda lo más posible, y no se mueva.

-Eso hago, estoy muy asustado.

-Van unos agentes de tráfico para ayudarle, está usted circulando en sentido contrario.

NN

 

Mes 1 del año 1 de la Nueva Normalidad (NN). Me ha pasado una corredora y he pensado –tiene el trasero un poco gordo para mi gusto, pero un … – He podido pensar esto porque en ese momento me encontraba justamente en el ángulo muerto entre dos postes de cámaras. Se rumorea que están proyectando eliminar los postes de cámaras con la invención de una sola cámara que haga todas las funciones de los actuales postes. Al poder ha llegado la ideología antes que la técnica. La nueva cámara será toda una revolución tecnológica, podrá tomarnos la temperatura, descifrar las conversaciones, analizar los pensamientos, comprobar que tienes todos los órganos biónicos, detectar la procedencia y destino de los viandantes, identificar el estado de ánimo por el olor corporal y comprobar que estás al corriente del pago de impuestos, entre otros.

Estas cámaras integradas sustituirán al montón que hay en cada poste, cada cual con su función y según nos han implantado esta mañana, lo más importante, serán tan inteligentes que te seguirán hasta que te capte la cámara siguiente y no quedará ni una milésima de ángulo muerto, para que nadie pueda desviarse del dictado de la autoridad de la NN.

La emoción que he sentido al pasarme la corredora, que me podría haber costado la vida, debe ser un resquicio que me haya quedado del reseteado general que nos hicieron el último día de la Era Antigua (EA) que ya nadie recuerda, de la que no quedan datos. Tengo que ir con más cuidado no sea que me quede algún fragmento de la EA y tenga un serio problema. Habrá que espabilar.

Creo que no he espabilado. Al pasar cerca de donde aquel  día del mes 1 del año 1 de la NN me adelantó la corredora de trasero algo gordo, se me ocurrió decir entre dientes : valientes hijos de puta. No me di cuenta que la cámara que estaba próxima también era lanzadora de dardos y uno de los cien o doscientos que me ha lanzado se me ha clavado justo en el cuello y aquí estoy tirado en la calzada abrazado al bordillo de la acera agonizando.

Y ahora se van a joder, ya no me pueden hacer nada más y pienso que la corredora que me pasó, la del trasero un poco gordo, para mi gusto, tenía un buen polvo.

LIBROS HEREDADOS

 

Un Quijote, edición de lujo, y una Biblia de regalo fue todo lo que heredaron. Y surgió el conflicto. ¿era un único objeto o se trataba de dos?

Cualquier regalo les hubiera venido bien, en conjunto,  por separado o como hubiera sido.

Uno quería la Biblia y el Quijote y el otro el Quijote y la Biblia.

Hablaron y hablaron, pero estaban atascados, muy atascados, espesos, indecisos y asustados por lo que de la decisión final pudiera resultar.

Eran conscientes que había posiciones intermedias, pero ni se les pasaba por la cabeza y mucho menos como para dejarlas expuestas.

Mañana de lunes y a pesar de los cuerpos deseables el ruido se hace insoportable, tedioso. Anhelo volver al mis recuerdos, a mi rincón perdido en algún oscuro espacio imposible.

Las islas urbanas transportan a esos lugares que nunca veremos.

He intimado con una gaviota. Era grande, tanto como las que cada mañana se acercaban al hotel de Estambul, y tenían nombre.

A veces me parecía un poco indiferente. La miraba y ella distraída aseaba  sus alas y sacudía el cuerpo para quitarse las gotas de agua que había traído una pequeña ola. Sé que hacía esto para parecer más interesante y llamar mi atención, y lo conseguía.

Me levanté despacio para no importunarla y no asustarla e hizo como que no me vio y allí continuaba cuando abandoné las proximidades de su roca casa dormitorio.

Mañana espero compartir con mi amiga gaviota otro buen rato de silencios.

He vuelto enfrente de la misma roca para encontrarme  con las sensaciones que me trajo la gaviota, pero no quedaba nada de la magia que propició el primer encuentro.

Veo a la mujer en silla de ruedas esperando su bebida. Ningún músculo se mueve de su cara y los ojos los oculta tras unas gafas oscuras de moderno diseño. No pronuncia sílaba alguna y toma el café con leche a pequeños sorbos sin ninguna emoción.

Las preguntas me asaltan: ¿querré yo, llegado el caso, llevar ese tipo de vida?. Aun no hemos decidido quien se queda con el Quijote y quien con la Biblia.